"La Mona Lisa" de da Vinci está sufriendo las consecuencias del paso del tiempo.

El retrato es el de Madonna Lisa, esposa de Francesco del Giocondo, de ahí toma su sobrenombre. Da Vinci retuvo consigo la pintura hasta su muerte, no dejó de trabajar en ella y, por supuesto, jamás se lo entregó a su cliente.

"El delgado panel de madera de álamo, sobre el que está pintada esta hermosa figura, está mucho más desgastado que hace un par de años, el retablo ha perdido un poco su forma", dijo el museo en un comunicado. La Mona Lisa ha adquirido un tono más pardo producto de la acumulación de polvo, humedad e impurezas del ambiente, así como esas reacciones químicas sufridas por el barniz que cubre la superficie de la obra.

"Este primer análisis para el diagnóstico y los exámenes que se harán posteriormente, serán llevados a cabo junto por el Centro de Investigación y de Restauración de los Museos de Francia. Este estudio centra como finalidad una doble meta; la primero consiste en conocer mejor los materiales constitutivos de la obra. La segunda meta tratará de evaluar el nivel actual de la fragilidad de esta pintura que sigue estando expuesta a los agentes corrosivos del ambiente. Sin embargo, los científicos encargados de dichos análisis trabajarán sin que la investigación afecte la exposición al público de esta preciosa obra de arte.